Ni parecido
Al día siguiente del triunfo ante Checoslovaquia, el italiano Raimundo Orsi, autor del gol de la victoria, aceptó hacer una sesión de fotos para los periódicos locales. Los reporteros llevaron a Orsi hasta el Estadio donde se jugó el encuentro decisivo, colocaron sus cámaras detrás del arco en el que se había señalado la conquista, y pidieron al "Héroe" que repitiera el formidable disparo que había doblegado al arquero Planicka y consagrado campeón a Italia. Debido a los obsoletos mecanismos de los equipos fotográficos de la época, nadie había logrado retratar a Orsi en el momento culminante. El italiano probó dos, tres...veinte veces, pero la pelota nunca pasó, ni cerca, por el sector junto al palo donde había ingresado la tarde interior. El sol se fue, y los fotógrafos debieron regresar a sus redacciones sin la imagen destacada de la Copa.
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