El muerto que hace goles
Durante la semifinal se produjo un caso extraordinario: un futbolista de Uruguay sufrió un paro cardíaco y, tras recibir una dosis de coramina (un medicamento que estimula las funciones vasomotoras y respiratorias), siguió jugando. El protagonista fue el delantero Juan Hohberg, quien, curiosamente, había nacido en Argentina y comenzado su carrera como arquero. Hohberg (ese día debutaba en la escuadra oriental), consiguió los dos goles que le permitieron a Uruguay igualar el encuentro, a los 75 y 86 minutos de juego. Aparentemente, cuando el atacante marcó la igualdad, sus compañeros se arrojaron arriba de su cuerpo en el festejo y por la emoción sufrió un paro cardíaco. Fue reanimado por el kinesiólogo Carlos Abate, quien le suministró coramina por la boca. Cuando empezó el alargue seguía afuera, pero poco después retornó a la cancha y jugó hasta la finalización de la prórroga.
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